Desde que condujimos Challenger Hellcat quedó claro que Dodge sabe hacer autos emocionales, con super prestaciones, pero con la ventaja de ser controlables; ahora no vemos nada nuevo bajo el sol, en Charger Hellcat –y ya se habla de la Gran Cherokee e incluso Durango bajo este mismo sello- repite mecánica, controles, sistemas y hasta sensaciones… ¿nos aburrimos? La respuesta es un contundente no.
Si fuéramos prácticos, estos vehículos están fuera de su entorno, la ciudad debería ser sacrilegio para los Hellcats; las pistas son sus verdaderos hogares; sin embargo estos autos no fueron pensados para la lógica, si no para la diversión.
En el papel difícilmente podemos narrar el empuje que se siente al pisar el acelerador que hace rugir un bestial Hemi V8, 6.2L con 707 caballos de fuerza pero quizá basta decir que si en la carretera se encuentra con un BMW M5, Porsche Panamera Turbo, o un Mercedes AMG S 65 (la terna la vemos difícil, tendría que estar en Mónaco), no serán rival para el Charger Hellcat y ya no hablamos únicamente de la potencia, sino además del precio que es sensiblemente menor.
Todo este poder es transmitido a las ruedas traseras y “ordenado” gracias a una caja automática de ocho velocidades que contiene los 707 caballos de fuerza y los hace correr en una armonía. El resultado en cifras es sorprendente. Apoyado con neumáticos Pirelli de ultra alto desempeño, el Hellcat acelera hasta los 328 km/h, consiguiendo los 100 km/h en el rango de los tres segundos y cruzando la línea del cuarto de milla en 11.2 segundos.
Si encuentra la pista adecuada para encender el infierno, notará que en ningún segundo cesa el empuje –al igual que el ritmo cardiaco- y pese a su tamaño y peso es maniobrable como pocos; sin embargo si aún no ha tenido suficientes emociones y quiere comprobar su comportamiento citadino, Hellcat también tiene una buena calificación. Es cómodo y pese al motor las reacciones en tráfico son directamente proporcionales al peso que agregue al acelerador, eso sí los consumos en combustible no son los más amigables. ¡No podemos tener todo en la vida!
Vale la pena aclarar que si bien Dodge hizo un excelente trabajo en maniobrabilidad con cientos de asistencias eléctricas que lo hacen maniobrable, sin embargo, no debemos confiarnos de más y ser responsable en la presión que decidamos ejercer al acelerador.
Si sentimos la necesidad de llevarlo al límite, procure que sepa que las reacciones no serán “amigables”, Charger Hellcat reaccionará de inmediato con todo el poder disponible y aún con la maniobrabilidad con fue construido, un error en alguna curva, podría resultar en una experiencia poco grata aún y con las nueve bolsas de aire con que cuenta.
LO QUE NO SE VE
MOTOR: V8, 6.2 L, SUPERCARGADO
POTENCIA: 707 HP
PAR MÁXIMO: 650 LB-PIE
TRANSMISIÓN: AUTOMÁTICA DE 8 VELOCIDADES
TRACCIÓN: TRASERA
NEUMÁTICOS: 275/40 R20 106Y
VEL. MÁXIMA: 328 KM/H
0-100 KM/H: 3.6 S
CONSUMO: 7.2 KM/L
AUTONOMÍA: 504 KM
SEGURIDAD
FRENOS: DISCOS VENTILADOS DELANTEROS Y TRASEROS
ASISTENCIAS: ABS, ESC, TCS, EBD, EARS, HBC Y HSA
BOLSAS DE AIRE: NUEVE
PRECIOS
RANGO: DESDE 659,900 PESOS
UNIDAD PROBADA: SRT HELLCAT
AUTOMÁTICO; 900,000 PESOS