Turquía decide “no esperar” a las votaciones de la Unión Europea y les toma la delantera al anunciar un incremento del 40% a los aranceles para las importaciones de vehículos procedentes de China en un intento por frenar los intercambios comerciales y reducir el déficit por cuenta corriente del país euroasiático.
Esta ley entrara en vigor dentro de poco menos de 30 días posteriores a su promulgación, contempla una imposición arancelaria de $7,000 dólares ($127,628 pesos mexicanos al tipo de cambio actual) por vehículo.
Con esta decisión Turquía busca complicar el avance de la movilidad china y la vez proteger el mercado local, sin embargo, esta nación no esta sola vs el avance del gigante asiático. Estados Unidos ya hizo lo propio para proteger sus interés y Europa estaría a días (quizá semanas) de dar un anuncio importante en este tema.
En el caso de Estados Unidos se aplicará la subida de aranceles del 25% al 100% para la importación de vehículos eléctricos de China desde el próximo 1 de agosto. En Europa está prevista la imposición de aranceles una vez pasen las elecciones comunitarias.
De momento, China no ha anunciado oficialmente ninguna represalia, aunque Pekín ha señalado que está dispuesta a imponer aranceles de hasta el 25% a los automóviles importados con motores de gran cilindrada, lo que afectaría sobre todo, a Mercedes-Benz y BMW.
México meramente un espectador
En el caso de México, autoridades como la Secretaría de Economía e incluso AMIA (Asociación Mexicana de la Industria Automotriz) no tienen un pronunciamiento conciso acerca del avance chino en materia de movilidad. Ambos organismos parecen abrirles los brazos a estas importaciones, sin exigir aranceles o bien plantas de fabricación.