Corea del Sur enfrenta una de sus crisis políticas más graves tras el intento fallido del presidente Yoon Suk Yeol de imponer la ley marcial, una medida que generó rechazo tanto en el Parlamento como entre la ciudadanía. Y aunque la declaración fue revocada horas después, esto no impidió un llamado a la destitución del mandatario a través de protestas masivas.
A estas protestas se unieron trabajadores de Hyundai Motors en Corea del Sur lo que provocó de manera inmediata una caída de más del 2% para las acciones del grupo en la Bolsa de Valores de Seúl, hasta los 204,500 wones (unos $143 dólares por título).
La situación de Hyundai en el país por el momento es delicada, toda vez que los trabajadores amenazan con una huelga indefinida que podría hacer caer al Ejecutivo al completo a lo largo de las próximas semanas.
Hyundai quiere convertirse en protagonista de la era eléctrica. Tras anunciar el cese del desarrollo de motores térmicos, Hyundai tiene toda su apuesta centrada en los coches eléctricos.
En este sentido, Hyundai recientemente anunció que edificará en Corea del Sur su primera fábrica dedicada a coches eléctricos, que arrancará en el año 2025.
En esta nueva era electrificada, Grupo Hyundai pasó de ser considerado un fabricante de segundo nivel, esto por supuesto hablando de volumen de ventas e influencia, a uno de los grupos más importantes de la industria.
La imposición y revocación de la ley marcial
En una decisión sin precedentes en la historia reciente del país, Yoon Suk Yeol decretó la ley marcial argumentando una supuesta amenaza “antiestatal” vinculada a fuerzas opositoras y presuntas conexiones con Corea del Norte.