Un estudio de Car Industry Analysis puso de manifiesto una realidad que, si bien intuitiva para muchos, resulta asombrosa al cuantificarse: Ferrari se sitúa a una distancia sideral del resto de los fabricantes de automóviles en cuanto a beneficios por vehículo vendido.
El estudio detalla cómo Ferrari logró duplicar su rentabilidad por vehículo vendido en un lapso de cinco años. Mientras que en 2019 la marca del Cavallino Rampante ya presumía de un beneficio neto de aproximadamente € 68,900 euros por vehículo ($1,526,424 pesos mexicanos al tipo de cambio actual), las cifras de 2024 escalaron hasta la impresionante suma de € 110,400 euros por unidad vendida ($2,445,823 pesos mexicanos al tipo de cambio actual).
Esta cifra palidece en comparación con la de otros fabricantes de renombre. Para igualar la rentabilidad de un solo Ferrari, según el análisis, Porsche necesitaría vender siete vehículos y medio, Mercedes-Benz hasta 24, y BYD, la asombrosa cifra de 88 automóviles.
¿A qué se debe esta supremacía en la rentabilidad de Ferrari?
Varios factores convergen para explicar el extraordinario desempeño financiero de Ferrari por cada coche que sale de sus instalaciones en Maranello:
Exclusividad y Marca: Ferrari no vende simplemente automóviles; comercializa un símbolo de estatus, lujo, rendimiento y una rica herencia en el mundo del automovilismo.
La producción limitada y la cuidada imagen de exclusividad generan una demanda que supera con creces la oferta, permitiendo a la marca fijar precios muy superiores a los de sus competidores. La posesión de un Ferrari trasciende la mera movilidad; representa un logro, una aspiración y una conexión emocional con una leyenda.
Valor Emocional y Deseo: La experiencia de poseer un Ferrari se alimenta de una poderosa conexión emocional. Desde el diseño icónico hasta el sonido inconfundible de sus motores, cada aspecto del vehículo está diseñado para evocar pasión y deseo.
Esta carga emocional permite a Ferrari trascender la lógica puramente funcional del transporte y posicionarse en el reino de los objetos de deseo, donde el precio se vuelve secundario a la experiencia.
Personalización y Opciones de Lujo: Ferrari ofrece a sus clientes un nivel de personalización prácticamente ilimitado, desde colores de pintura a medida hasta detalles interiores únicos.
Estas opciones exclusivas incrementan significativamente el precio final de cada vehículo, contribuyendo directamente a la alta rentabilidad por unidad. Los clientes de Ferrari no solo compran un coche, sino que encargan una obra de arte a medida.
Estrategia de “Valor sobre Volumen”: A diferencia de los fabricantes masivos que buscan economías de escala a través de grandes volúmenes de producción, Ferrari prioriza el valor y la exclusividad por encima de las cifras de ventas.
Esta estrategia deliberada de producción limitada mantiene la demanda alta y protege el valor de sus vehículos en el mercado de segunda mano, reforzando aún más la imagen de marca y la disposición de los clientes a pagar precios premium.
Comparativa con Otros Fabricantes
La enorme brecha entre la rentabilidad de Ferrari y la de otros fabricantes, incluso aquellos también considerados premium o de lujo, subraya la singularidad de su posición.
Mientras que marcas como Porsche, Mercedes-Benz y BMW también obtienen beneficios significativos por vehículo vendido en comparación con fabricantes generalistas, sus márgenes palidecen ante los de Ferrari.
Esto se debe a que, si bien ofrecen productos de alta calidad y prestigio, sus volúmenes de producción son considerablemente mayores, y su enfoque de mercado es más amplio.
Incluso Tesla, a pesar de su enfoque en la innovación tecnológica y su modelo de negocio disruptivo, se sitúa muy por detrás de Ferrari en términos de rentabilidad por unidad.
Cerca de Tesla estuvo Toyota, la marca más vendida de todo el mundo con 10.7 millones de matriculaciones, y que comercializó 1.08 millones de unidades de su modelo Toyota Corolla.
Con todo, la marca japonesa necesita vender 50 automóviles para acercarse a la rentabilidad por unidad de Ferrari.
En cuanto al tercer mayor fabricante en volumen de ventas a nivel global encontramos a Hyundai, que requiere de 56 unidades vendidas para cumplir para igualar el beneficio de Ferrari.
Esto sugiere que la exclusividad, la herencia y el factor emocional juegan un papel crucial en la capacidad de Ferrari para comandar precios tan elevados y, por ende, obtener beneficios tan sustanciales por cada vehículo vendido.
El estudio de Car Industry Analysis confirma lo que muchos sospechaban: Ferrari opera en una liga propia en términos de rentabilidad por vehículo vendido. Su capacidad para generar beneficios sustancialmente mayores que cualquier otro fabricante es el resultado de una combinación estratégica de exclusividad de marca, un fuerte atractivo emocional, una cuidada estrategia de precios, opciones de personalización de lujo y una gestión financiera eficiente.
Mientras el resto de la industria automotriz navega por los desafíos de la electrificación y la competencia global, Ferrari continúa demostrando el poder de una marca icónica que vende mucho más que simples automóviles: vende un sueño.