El cambio de paradigma que está sufriendo el sector del transporte llevará a los fabricantes de automóviles a vender menos vehículos nuevos. Ante ello, los fabricantes comienzan a malabarear estrategias que les permitan continuar con su flujo de caja.
Renault y Toyota, por ejemplo, ya anunciaron que algunas de sus fábricas -principalmente las europeas, por el momento- reacondicionarán vehículos usados. Una actividad que también Stellantis analiza muy de cerca.
La llegada de los vehículos eléctricos pone contra las cuerdas a las mecánicas a gasolina y diésel, sus ventas no harán nada mas que dejar de crecer, hasta que llegue el momento en la que no se podrá sustentar el actual tejido industrial articulado en torno a las ventas a particulares.
Es por ello que, algunos protagonistas buscan nuevas fórmulas de generar ingresos, a través del reacondicionamiento de coches usados para darles una segunda o tercera vida después de su primer ciclo de vida, toma fuerza.
En este sentido Renault, sabe que Los coches tienen vida mucho más allá de su vida útil y a través de su programa ReFactory busca explotar todo su potencial.
Toyota, por su parte, ha dado comienzo a esta práctica como parte de una prueba piloto. Si esta acaba demostrando que se trata de una práctica que puede reportar beneficios y ser viable, la pondrán en práctica.
En el caso de Stellantis, han optado por hacerlo a través de la adquisición de una empresa especializada en lugar de hacerlos “in house”, a través de Stellantis &You, Sales and Services aspira a un volumen de ventas, anuales, de alrededor de 100,000 vehículos reacondicionados.
Es de esperar que otros fabricantes de talla similar a Toyota, Renault y Stellantis, como el Grupo Volkswagen, pronto anuncien sistemas similares a implantar en sus distintas fábricas.
Aun se desconocen todos los detalles, pero no suena mal que en pleno 2022 pudiéramos adquirir un Clio V6 Renault Sport del 2001 que se comporte como recién salido del horno.
