Imagina una batería AA, su incorrecto desuso una vez terminado su ciclo de vida puede llegar a contaminar hasta 3 mil litros de agua, ahora piensa en el impacto ambiental que tendría el mal manejo de una batería de algún vehículo eléctrico.
Si bien Toyota ya había tomado cartas en el asunto, ahora acelera sus esfuerzos para conseguir la economía circular de su estrategia de baterías ‘3R’ (Reducir, Reutilizar, Reciclar), lo que, de acuerdo con la marca, “representa la estrategia ambiental más amplia” en todo el mundo.
Uno de los pilares de Toyota de un negocio circular, es buscar la localía en la fabricación de sus baterías en cada país y región. Toyota espera que estos esfuerzos no sólo apoyen el desarrollo de vehículos, sino que también contribuyan al de las comunidades locales”, destacó la firma automotriz a través de un comunicado.
El objetivo de ‘Battery 3R’ incluye que en el desarrollo de las baterías se reduzca recursos y sean duraderas en su primera fase de vida, con baterías de próxima generación que presentan nuevas químicas y estructuras físicas para sus modelos BEV (Battery Electric Vehicle, es decir vehículos 100% eléctricos).
Asimismo, durante la segunda fase, Toyota busca que estas baterías, una vez concluida su primera etapa, puedan encontrar una nueva vida tanto en aplicaciones automotrices como fuera de ella gracias a la reutilización mediante el reenvasado para el uso futuro previsto.
Finalmente, el último punto consiste en que al final de su vida útil la empresa los recicle de una manera sostenible que mitigue la cantidad de dióxido de carbono (CO2) emitida mientras que se puede utilizar la mayor cantidad de material posible como materias primas para la producción de nuevas baterías.