En 2021 entra en vigor la normativa europea que obliga a los fabricantes de coches a reducir las emisiones medias de CO2 de sus vehículos por debajo de 95 g/km. De no cumplirlo, deberán hacer frente a una multa.
Con la intención de reducir progresivamente las emisiones de CO2 de los coches a la venta en Europa -y en cumplimiento de los compromisos suscritos en el denominado Acuerdo de París de 2015-, la Comisión Europea elaboró una estricta normativa que obliga a los fabricantes a reducir por debajo de cierto umbral las emisiones medias de CO2 de los modelos que venden.
Si no lo consiguen, estarán obligados a pagar multas importantes en función de las unidades vendidas y el número de gramos que superen el límite.
Las multas son progresivas: € 5 por el primer gramo, € 15 por el segundo, € 25 por el tercero, y 95 € por cada uno de los siguientes.