El sueño de un Mazda MX-5 totalmente eléctrico, un deportivo ligero y ágil con cero emisiones, se ha visto truncado, al menos por ahora. Masashi Nakayama, jefe de Diseño de Mazda, reveló en una entrevista con el medio Road & Track que el factor decisivo para abandonar el proyecto fue el peso.
El equipo de ingenieros se había fijado un objetivo ambicioso: mantener el peso en vacío del Mazda MX-5 eléctrico en torno a una tonelada, la esencia misma de la filosofía “Jinba Ittai” (jinete y caballo como uno) que define la experiencia de conducción del biplaza. Sin embargo, la tecnología actual de baterías, con su inevitable impacto en el peso, hizo que esta meta fuera inalcanzable.
La noticia, aunque decepcionante para los entusiastas de los vehículos eléctricos y los puristas del MX-5 o Miata (dependiendo del mercado), pone de manifiesto el compromiso de Mazda con la filosofía que ha hecho del biplaza un icono. Desde su lanzamiento en 1989, el MX-5 es celebrado por su manejo ágil, su respuesta precisa y su conexión visceral con el conductor. Estos atributos se basan en gran medida en su ligereza, una característica que Mazda se niega a comprometer, incluso en la era de la electrificación.
Nakayama explicó que el equipo de diseño exploró diversas soluciones para electrificar el Miata, pero el peso adicional de las baterías siempre resultaba un obstáculo insuperable. Incluso con los avances en la tecnología de baterías, lograr un Miata eléctrico que mantuviera la esencia de su predecesor de combustión interna parecía una tarea imposible, al menos con la tecnología disponible en la actualidad.
La decisión de Mazda contrasta con la tendencia de muchos fabricantes de automóviles de lanzar versiones eléctricas de sus modelos existentes, a menudo aceptando un aumento de peso a cambio de cero emisiones. Sin embargo, Mazda parece estar priorizando la experiencia de conducción pura y la fidelidad al espíritu del Miata por encima de todo.
Aunque el MX-5 totalmente eléctrico está descartado por ahora, Nakayama dejó entrever la posibilidad de una hibridación futura. Esta opción podría permitir a Mazda reducir las emisiones sin comprometer significativamente el peso y el manejo del Miata. Un sistema híbrido ligero, que combine un motor de combustión interna pequeño y eficiente con un motor eléctrico, podría ofrecer un equilibrio entre rendimiento, eficiencia y la experiencia de conducción ágil que lo define.
La posible hibridación plantea un desafío interesante para Mazda. El equipo de ingenieros tendría que encontrar formas de integrar el sistema híbrido sin añadir demasiado peso y sin alterar la distribución equilibrada del peso que contribuye a su manejo característico. El diseño también jugaría un papel crucial, asegurando que cualquier cambio estético se integre armoniosamente con la silueta clásica del deportivo.

La decisión de Mazda de priorizar el peso sobre la electrificación total en el MX-5 refleja una filosofía centrada en el conductor y en la pureza de la experiencia de conducción. El MX-5 no es solo un coche; es una leyenda, un símbolo de la alegría de conducir por el simple placer de hacerlo. Mazda parece estar decidida a proteger ese legado, incluso en un mundo automovilístico cada vez más electrificado.
Su futuro sigue siendo incierto, pero la declaración de Nakayama deja claro que Mazda no se conformará con un MX-5 eléctrico que no esté a la altura de su predecesor en términos de manejo y agilidad. La posible hibridación ofrece una vía para reducir las emisiones sin sacrificar la esencia, pero el camino hacia un Miata electrificado que cumpla con los estándares de Mazda será un desafío técnico y de diseño considerable.