Pocos saben que la actriz Maya Zapata cambió la carrera de Antropología por la actuación. Los temas sociales le despertaban gran interés, pero su destino estaba marcado para dedicarse a estar frente a las cámaras.
Zapata debutó como actriz a los seis años en la cinta Gringo Viejo con Jane Fonda y Gregory Peck. Ha filmado más de 30 películas y se ha convertido en una de las actrices referentes del cine nacional en la última década.
Maya, a quien entrevistamos en un restaurante de la colonia Roma, en la Ciudad de México, nos platicó de sus inicios como actriz, el tipo de personajes que le gustaría interpretar, del poco entusiasmo por trabajar en Hollywood y del factor principal por abandonar la carrera de Antropología y cambiarse a la actuación.
“Empecé por casualidades de la vida. Mi mamá es actriz y un día la acompañé a hacer un casting, el director de aquel filme me vio, le parecí graciosa y me pidió quedarme para interpretar un personaje”, comentó.
La transición entre la antropología y la actuación
Al principio realicé muchas películas por la intuición que uno tiene cuando es niño, pero en realidad fue hasta que cumplí 18 años que decidí que quería estudiar teatro; aún no sabía a qué me quería dedicar, si ser actriz, psicóloga, terapeuta de lenguaje o antropóloga. En lo que elegía, entré a la casa del teatro con la maestra Lucero Trejo, pero ese año mi pasión por la antropología floreció. Siempre me han interesado los temas sociales y necesitaba entender el mundo que me rodeaba desde una mirada distinta. Comencé a estudiar ésa carrera al mismo tiempo que estudiaba teatro, y en el inter filmé De la Calle (2001), por la cual me otorgaron el Premio Ariel, y ahí es el momento en el que me decido por la actuación.
¿Qué trabajo en cine es el que más satisfacción te ha dejado?
Creo que De la Calle para mí tiene una importancia muy especial, fue mi primer protagónico y un personaje que tenía que ver con el tema de los niños de la calle; yo empezaba a explorar qué es lo que pasaba con esta especie de fenómenos sociales, quería entender qué podíamos para erradicarlo. La mayoría de los papeles que he hecho tienen esa carga emocional, me hace quererlos mucho, como el personaje de Eva en Bordertown (2007), una víctima de Juárez.
¿Eliges tus personajes por la carga emocional que generen en el lado humano?
Sí, me gusta el mensaje que puedan dar o también porque casualmente el universo se acomoda de tal forma que yo puedo hablar de las cosas que me interesan en ese momento.
Tu carrera la formaste en el cine, y cuando has hecho trabajos en televisión tus personajes siguen siendo creíbles, contrario a lo que pasa con otras actrices que cuando dan ese paso el público no acepta su trabajo
¿Cómo le has hecho para romper con ese estereotipo?
Los proyectos que he realizado en televisión han sido alternativos, no es común a lo que estamos acostumbrados a ver. He realizado series que tienen la necesidad de contar con ciertos actores y perfiles muy específicos y para mí ha sido el espacio adecuado. Es televisión, pero de calidad y para un público distinto, creo que por eso no ha sido difícil alternar mi carrera entre cine y tele. Lo más importante es no perder la pasión por lo que haces.
¿Le tienes miedo a las telenovelas?
Hay algo que valoro mucho y es mi libertad, y desde ese punto puedo crear las cosas que yo deseo. En una telenovela te tienes que apegar a ciertos criterios para un personaje.
Ya has trabajado en producciones de Hollywood ¿pero te gustaría estar de lleno en la “Meca” del cine?
Hollywood es como las telenovelas pero al revés, a veces se hacen películas de calidad y otras ocasiones no. La verdad no encuentro la pasión por buscar ese sueño que otros actores sí tienen. No tengo esa motivación, no me nace, amo mi país, me causa mucho conflicto mucho Estados Unidos, me gusta ir y hacer uso de lo que más me agrada y lo demás eliminarlo. Para entrar a Hollywood hay que irse a vivir allá, tener una dinámica de vida distinta y valores diferentes a los que yo tengo. Pero esto no quiere decir que si me llega un proyecto maravilloso no lo haga.
¿Qué tipo de proyectos te gustaría realizar?
Personajes cada vez más profundos, complejos, buscar la perfección; básicamente ese es mi propósito.
¿Con qué actor y director te gustaría trabajar?
He tenido la fortuna de compartir cuadro y trabajar con muchos compañeros que admiro como: Damián Alcazar, Vanessa Bauche, Dolores Heredia, Joaquín Cosío, Arcelia Ramírez. Son actores que amo demasiado y disfruto su trabajo. Pero hablando más internacional, me encantaría compartir créditos con Juliette Binoche, o trabajar para Wong Kar-wai