El CEO de Polestar Thomas Ingenlath, fue enfático en un artículo escrito por él y publicado en el periódico The Telegraph al asegurar que los vehículos eléctricos “no son limpios, considerando toda la cadena de producción”, e instó a todos los fabricantes a ser honestos con sus clientes y a decirles la verdad.

Él mismo reconoce que son declaraciones ‘impropias’ para el jefe de una marca de vehículos eléctricos.

Polestar, es una marca que emana de Volvo y es la encargada de abanderar el desarrollo e introducción de nuevas tecnologías y no solamente en materia de electrificación, sino también en seguridad.

Thomas Ingenlath, escribió en The Telegraph una de las declaraciones más polémicas – y honestas, dependiendo del ángulo-, sobre todo teniendo en cuenta su puesto actual. El directivo alemán expresa su deseo de que los fabricantes de automóviles “sean abiertos y honestos” en relación con las emisiones relacionadas con los vehículos eléctricos.

Bajo el título “Los fabricantes de automóviles deben ser honestos: incluso los automóviles eléctricos no son limpios”, Thomas Ingenlath asegura que “de lo contrario corremos el riesgo de incurrir en un nuevo dielselgate”.

En el artículo reconoce además que “como jefe de una marca de vehículos eléctricos, no debería decir esto”. En pleno apogeo del debate sobre las emisiones de los coches eléctricos y para justificar estas palabras, Ingenlath se basa en el cálculo de la huella ambiental para sostener esta petición.

El debate en torno a este tema ha sido intenso, un vehículo eléctrico por supuesto que no emite ninguna partícula proveniente de combustibles fósiles, sin embargo, el método con que se produce la energía, el reciclaje de sus baterías y demás componentes al terminar su vida útil, así como el proceso de fabricación han puesto en la mesa del debate su contribución ecológica.

En su reflexión, Ingenlath no afirma que un vehículo eléctrico contamine más durante toda su vida que uno de combustión. Sin embargo, pide a la industria que comunique abiertamente cómo se fabrican los vehículos eléctricos y también exige unas normas comunes que todos los fabricantes puedan cumplir.

“Los vehículos eléctricos no son limpios, pero el futuro les pertenece”

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