Desde su fundación en 1904 el proceso manual de Rolls-Royce si bien ha evolucionado, el principio artesanal sigue prácticamente inmóvil, lo que se traduce en productos inmaculados y con gran atención al detalle, pero también en tiempos largos de espera para poderse hacer de una de estas joyas automotrices.

Los clientes de Rolls-Royce lo saben, y desde que se realiza el pedido hasta que el vehículo llega a manos de su nuevo propietario es habitual que pasen entre 12 y 15 meses en promedio, sin embargo, este lapso se incrementa en el modelo Spectre.

Torsten Müller-Ötvös director Ejecutivo de Rolls-Royce

Todo tiene una explicación

La alta demanda del Rolls-Royce Spectre está provocando que las fechas de entrega se prolonguen en el tiempo muy por encima de lo habitual y esto fue explicado por el propio director Ejecutivo de la compañía, Torsten Müller-Ötvös.

De acuerdo con sus palabras, aquellos que realicen ahora mismo un pedido no deben esperar que podrán sentarse al volante de su nuevo vehículo hasta por lo menos 2025.

El directivo explico que en el futuro desean aminorar el tiempo de espera en la adquisición de Spectre, el primer producto eléctrico (nacido con esta mecánica) de Rolls-Royce, sin embargo, por el momento no será posible, ya que la demanda actualmente supera de largo la capacidad de producción de la marca.

La electrificación obliga a Rolls-Royce a replantearse algunos conceptos

El jefe de Rolls-Royce destacó que todas las lecciones que han aprendido con prototipos eléctricos como el 102EX o el 103EX. Un feedback muy positivo que les servirá para mejorar la versión de producción del Spectre.

En este sentido precisó que sus clientes no requieren poder recorrer más de 500 km con una sola carga, pero sí realizar las recargas en poco tiempo.

Sin embargo, parece ser que Rolls-Royce no quiere tirar todos su glorioso pasado en Spectre y aunque este modelo se despide de un motor a combustión, conservará elementos clásicos como la parrilla central, aunque pensamos que su función será meramente ornamental.

Los futuros dueños del Rolls-Royce Spectre deberán de tener dos constantes: dinero y paciencia

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