Los Demócratas y Republicanos no podrían tener posturas más contradictorias y más si tomamos en cuenta que nos acercamos peligrosamente a un periodo de votaciones en donde los electores decidirán quién llevará las riendas de la nación más poderosa del planeta los siguientes cuatro años.
Sin embargo, si en algo están de acuerdo los dos candidatos -el actual presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump- es en imponer barreras comerciales para proteger la industria automotriz estadounidense contra la embestida eléctrica de China.
A través de aranceles comerciales, Estados Unidos buscaría nivelar el juego ante lo que ellos consideran una competencia desleal por parte de China.
Lo anterior tiene fundamento ya que según una encuesta realizada el mes pasado por Edmunds, el 90% de los jóvenes de entre 18 y 24 años están dispuestos a comprar un VE (vehículos eléctricos) y el 83% de los jóvenes de entre 24 y 34 años, lo mismo.
¿Tecnología china pone en riesgo a la seguridad nacional?
Además de las consideraciones tecnológicas, las autoridades del transporte estadounidenses argumentan una “preocupación significativa” relacionada con la seguridad nacional. Los vehículos eléctricos chinos, equipados con tecnología avanzada que incluye sensores y cámaras, podrían representar un riesgo de espionaje. Esta tecnología tiene el potencial de recopilar datos críticos sobre patrones de tráfico e infraestructura clave, planteando un riesgo de que esta información sensible caiga en manos del gobierno chino.
¿Aranceles para vehículos eléctricos chinos de hasta $10,000 dls?
Si bien, aun no está claro las reglas precisas de cómo Estados Unidos buscaría blindar su industria automotriz y seguridad nacional frente a China, se especula que en el futuro cercano podrían anunciar agresivos aranceles a importaciones de vehículos eléctricos chinos cuyos precios ronden hasta los $10,000 dólares.
Dichos aranceles subirían dramáticamente los precios finales de vehículos chinos sacándolos de competencia.
Ante este panorama, empresas chinas como BYD, que ahora lideran el mercado global de vehículos eléctricos, tendrían que ajustar sus estrategias de mercado y posiblemente buscar nuevos mercados o fortalecer su presencia en regiones donde las regulaciones sean más favorables o nulas como México.
El acuerdo entre Biden y Trump sobre la necesidad de restringir la entrada de vehículos eléctricos chinos subraya la importancia de la industria automotriz para la economía y seguridad nacional de EE. UU.