Europa sabe que la industria del automóvil es una competencia que cambia día con día y parece que los años de gloria en la década de los 40s en donde su dominación era prácticamente total, han quedado atrás y ahora busca un plan integral que frene el avance de China y Estados Unidos en la electrificación de la movilidad.

En este sentido, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) pidió a la Unión Europea (UE) una estrategia industrial “sólida” que se centre en la cadena de suministro y el refuerzo de los incentivos a los fabricantes de automóviles nacionales.

De acuerdo con un reporte compartido por la propia ACEA, la competitividad en la fabricación europea de vehículos eléctricos corre el riesgo de “verse mermada” debido a que regiones, como China o Estados Unidos, impulsan sus industrias nacionales con ambiciosas estrategias industriales.

China, un ejemplo a seguir

La ACEA pone de ejemplo la estrategia china en la cadena de producción que comienza desde la minería, la fabricación y culmina de manera exitosa con incentivos para la compra de vehículos eléctricos, lo que da como resultado una ventaja competitiva frente a un “enfoque normativo fragmentado de política industrial de la Unión Europea”.

Asimismo, dicho informo precisa que el impulso de Estados Unidos para establecer un centro de fabricación de la cadena de valor, además de los ambiciosos objetivos de ventas en algunos Estados (como California) combinados con “financiaciones sin precedentes” a través de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que están impulsando su industria automovilística nacional, “pone a prueba” a los fabricantes europeos en uno de sus mercados de exportación más valiosos.

La UE carece de una estrategia industrial sólida

Ante este panorama de dos gigantes fabricantes de movilidad eléctrica, Sigrid de Vries directora general de ACEA precisó que “la UE carece de una estrategia industrial sólida y considera vital una industria europea de vehículos eléctricos que sea dinámica para alcanzar los objetivos climáticos.”

Finalmente, el informe destaca los avances en la producción de baterías en Europa, aunque este desarrollo de la cadena de valor no sigue el ritmo de la demanda, lo que provoca una dependencia continua de China.

Europa no quiere perder competitividad en la movilidad eléctrica frente a China y EE. UU.

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