Es oficial, la Unión Europea impuso a partir del 4 de julio aranceles adicionales de hasta el 38.1% a los vehículos eléctricos importados desde China, bajo el argumento de que los subsidios excesivos restan a una justa competencia.
Sin embargo, esta medida aún podría no se definitiva, toda vez que esta investigación “anti-subsidios de la UE” concluirá el 2 de noviembre, momento en el cual podrían imponerse aranceles definitivos por cinco años.
En este sentido, la industria automotriz china precisó que podrá sobrellevar los aranceles, mientras que fabricantes europeos temen represalias que afecten sus ventas en el mercado chino.
La Unión Europea justifica su decisión basándose en una investigación que identificó subsidios excesivos que otorgaban a los fabricantes chinos una ventaja competitiva desleal.
Con esta decisión, el viejo continente se alinea con Estados Unidos en donde el gobierno de Estados Unidos impuso aranceles del 100% a los autos eléctricos chinos, argumentando de igual forma a “políticas comerciales desleales”.
Represalias espejo
China aun no responde de manera oficial qué represalias tendrá para fabricantes que operan en su atractivo mercando que tan sólo el año pasado reportó ventas de 15.5 millones de vehículos nuevos.
No obstante, empresas como BMW, Mercedes Benz y Volkswagen han manifestado su preocupación por las posibles represalias de Beijing.
Estas compañías no solo exportan vehículos desde China hacia Europa y otras partes del mundo, sino que también dependen en gran medida de sus ventas en el mercado chino. En el primer trimestre de 2024, aproximadamente el 30% de las ventas de las principales automotrices alemanas provinieron de China.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, calificó la investigación de la UE como un “caso típico de proteccionismo” y advirtió que los aranceles dañarían la cooperación económica y la estabilidad de las cadenas de suministro globales en la industria automotriz.
China promete tomar todas las medidas necesarias para proteger sus derechos e intereses legítimos, incluyendo posibles represalias comerciales.
