A finales del 2019, cuando teníamos puestos los ojos y nuestras renovadas energías en un 2020 que aun no daba muestras en ser un “año de pandemia”, se anunciaba oficialmente la firma del que sería -será- el cuarto grupo automovilístico del mundo. FCA y PSA unirían fuerzas.
Fiat-Chrysler Automobiles (FCA) que agrupa a las marcas Fiat, Abarth, Alfa Romeo, Chrysler, Dodge, Jeep, RAM, Maserati, y Mopar anunció justo en diciembre del 2019 que se uniría con PSA Group que a su vez cuenta con las marcas Peugeot, Citroën, DS, Opel, y Vauxhall.
Esta nueva super empresa sería por ventas, portafolio de productos e influencia el cuarto fabricante automotriz más grande del mundo con ventas combinadas de alrededor de 8.7 millones de vehículos al año.
Ambos grupos, FCA y PSA mantienen su intención de fusión, sin embargo, de acuerdo con medios de comunicación europeos, la asociación entre PSA y FCA todavía no es del todo firme ya que el organismo de competencia europeo que tiene que reafirmar y autorizar la fusión considera que “hay que revisar algunos términos”.
Hasta que el órgano de la Unión Europea que controla la competencia no dé su visto bueno, la fusión de PSA y FCA no tendrá efecto.
Lo anterior podría deberse, aluden medios europeos a que hace unos días, el banco francés Société Générale insinuó una revisión del valor de los dos grupos empresariales apuntando que no valen lo mismo que el día que se firmó el acuerdo, el 31 de octubre de 2019.
El banco señala que las condiciones hoy son muy diferentes por el coronavirus, especialmente la liquidez: PSA perderá $1,100 millones de euros en efectivo, frente a las previsiones de ganar $2,800 millones, y FCA ni siquiera será capaz de llegar a $2,200 millones de euros.