Tras argumentar que existe una competencia desleal por parte de compañías automotrices provenientes de China, la Unión Europea instauró un arancel de “hasta el 38% eléctricos importados de esta nación asiática”.
Ante esto, China presentó una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) con el objetivo de salvaguardar los “derechos e intereses” de la industria automotriz china.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio del gigante asiático: “La conclusión provisional de la UE carece de fundamento fáctico y jurídico. Viola gravemente las normas de la OMC y socava la cooperación mundial para hacer frente al cambio climático”.
Esta postura fue reiterada por el gobierno de Xi Jinping (presidente de China) en Bruselas con la intención que se “corrijan inmediatamente estos errores” para proteger la cooperación comercial y económica entre China y el bloque comunitario a fin de “ofrecer estabilidad a la cadena de suministro de los vehículos eléctricos”.
Hasta el momento China esta tomando los caminos de la diplomacia para resolver esta controversia, sin embargo, ya amenazó con tomar represalias contra los agricultores y fabricantes de aviones europeos en represalia estos aranceles a la importación de vehículos eléctricos.
Esta medida proteccionista de la Unión Europea no sólo afecta a marcas chinas, sino a todas aquellas que fabrican en esta nación asiática como BMW, Volkswagen, Mercedes Benz o Tesla, mismas que ya han expresado su preocupación no solo por su negocio en Europa, sino por las represalias que tome en materia de movilidad China.
Hoy en día, la cuota de las marcas chinas en el mercado europeo de vehículos eléctricos, incluidos Reino Unido y Noruega han aumentado hasta el 11% a cierre del pasado mes de junio, frente al 9% de hace un año.
